La pizza es uno de los platos más versátiles y queridos en todo el mundo. Aunque tradicionalmente se asocia con ingredientes como pepperoni, champiñones y aceitunas, hay muchas variaciones que pueden resultar igual de deliciosas. En esta receta, te enseñaremos a preparar una exquisita pizza con calabacín y ricotta. Este plato no solo es sabroso, sino que también presenta una opción fresca y ligera para aquellos que buscan un cambio en sus comidas habituales.
En esta ocasión, el calabacín se convierte en el protagonista, aportando su textura suave y un sabor ligeramente dulce. La ricotta, por su parte, añade cremosidad y un toque delicado que complementa perfectamente al calabacín. Esta combinación es ideal para quienes desean disfrutar de una pizza diferente, ideal para cualquier ocasión.
Para preparar la pizza con calabacín y ricotta, necesitarás los siguientes ingredientes:
Antes de comenzar con la receta, asegúrate de tener a mano los siguientes utensilios:
Activar la levadura: En un bol grande, mezcla el agua tibia con la levadura seca y deja reposar durante 5-10 minutos, hasta que espume. Este proceso activa la levadura y garantiza que la masa suba adecuadamente.
Mezclar los ingredientes secos: En otro bol, combina la harina de trigo y la sal. Una vez que la levadura esté lista, agrégala a la mezcla de harina junto con el aceite de oliva.
Amasar la masa: Mezcla todos los ingredientes hasta formar una masa homogénea. Luego, transfiere la masa a una superficie limpia y amasa durante unos 10 minutos, hasta que esté suave y elástica. Si la masa está demasiado pegajosa, puedes añadir un poco más de harina.
Leudar la masa: Coloca la masa en un bol ligeramente engrasado con aceite de oliva, cubre con un paño húmedo y deja reposar en un lugar cálido durante aproximadamente 1-2 horas, o hasta que haya duplicado su tamaño.
Preparar el calabacín: Lava los calabacines y corta los extremos. Luego, corta cada calabacín en rodajas finas. Si prefieres, puedes usar un rallador para obtener tiras más delgadas.
Saltear el calabacín: En una sartén grande, calienta 2 cucharadas de aceite de oliva a fuego medio. Agrega las rodajas de calabacín y salpimienta al gusto. Saltea durante unos 5-7 minutos, o hasta que estén tiernas pero aún firmes. Retira del fuego y deja enfriar.
Preparar la mezcla de quesos: En un bol, mezcla la ricotta con el queso mozzarella y el queso parmesano. Agrega sal y pimienta al gusto. Esta mezcla será la base cremosa de nuestra pizza.
Precalentar el horno: Precalienta el horno a 220°C (428°F). Si tienes una piedra para pizza, colócala en el horno mientras se precalienta para obtener una base crujiente.
Estirar la masa: Una vez que la masa haya leudado, colócala sobre una superficie enharinada y divídela en dos partes si deseas hacer dos pizzas. Estira la masa con un rodillo hasta obtener el grosor deseado. Si prefieres un borde más grueso, puedes dejarlo un poco más grueso en los bordes.
Montar la pizza: Transfiere la masa estirada a una bandeja para hornear cubierta con papel de horno (si lo usas). Extiende la mezcla de quesos uniformemente sobre la base de la pizza. Luego, distribuye las rodajas de calabacín salteadas por encima.
Hornear la pizza: Coloca la pizza en el horno precalentado y hornea durante 15-20 minutos, o hasta que los bordes estén dorados y crujientes. Si has utilizado una piedra para pizza, el tiempo de cocción puede ser un poco menor.
Añadir la albahaca: Una vez que la pizza esté lista, retírala del horno y deja enfriar durante un par de minutos. Si deseas, puedes decorar con hojas de albahaca fresca para darle un toque aromático.
Servir: Corta la pizza en porciones y sirve caliente. Esta pizza con calabacín y ricotta es perfecta para compartir en una cena con amigos o como una opción para una comida familiar.
Variedades de quesos: Puedes experimentar con diferentes tipos de quesos. El queso de cabra, por ejemplo, puede aportar un sabor más intenso que complementa muy bien al calabacín.
Agrega más verduras: Si deseas enriquecer aún más tu pizza, puedes añadir otras verduras como pimientos, cebollas o espinacas.
Diferentes harinas: Si prefieres una masa integral, puedes sustituir parte de la harina de trigo por harina integral.
La pizza con calabacín y ricotta es una opción deliciosa y fácil de preparar que sorprenderá a tus invitados. Con una combinación de sabores frescos y una textura cremosa, esta pizza es perfecta para cualquier ocasión. Atrévete a probar esta receta y disfruta de un plato que, sin duda, se convertirá en un favorito en tu hogar.
¡Buen provecho!
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